Un alto ejecutivo recibe unas visitas en su casa. Cuando todos los invitados ya han llegado sale su mujer Barbara (Barbie), que está embarazada de ocho meses.
Barbie está muy avergonzada por su tremendo barrigón. Las visitas disimulan muy mal la gran incomodidad que les produce su presencia, hasta que una de las mujeres deja escapar un comentario que exterioriza lo que todos los presentes piensan:
-“Es una lástima que haya perdido su espléndida figura, pues siempre se preocupó tanto de guardar la línea“.
Todos comienzan a sugerirle formas de ocultar aquel antiestético barrigón mientras el marido, deprimido, se emborracha.
-¡Ya no es tan bella como antes…!,-se lamenta el anfitrión-; ¡ya no puedo lucirla por doquier!
Todos hablan de impedir que el marido siga bebiendo pero nadie se atreve a quitarle el vaso de la mano; al final el marido saca un arma, todos creen que quiere suicidarse, pero en lugar de matarse dispara contra el “bombo” de su mujer mientras exclama:
-”¡Sal de ese cuerpo, Satanás!”.
Barbie se desploma suavemente hacia el suelo, como una flor que se marchita;-como en la mejor secuencia del film “Topaz” de Alfred Hitchcock, donde Karin Dor también parecía deshincharse tras recibir un disparo-.
Los invitados aprovechan los últimos instantes de vida de Barbie para “felicitarla por haber recuperado tan deprisa la figura perdida durante su embarazo”.