En un burdel dos putas disputaban por ver cuál de las dos "computaba" con un diputado con muy mala reputación.
-"¡No puedes tú competir en contra de mi lozanía!";-dijo la más joven de las putas, esputando en la cara de la puta vieja, mientras descubría su hermoso cuerpo; más apretado que los tornillos de un submarino-.
La puta vieja rompió a llorar desconsolada. En verdad te digo, amigo lector, que una cosa son las putas y otra las putadas.
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