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jueves, 8 de diciembre de 2011

COMÉDIA FRANCESA CLÁSICA I



"Drama divertido" o "Familia Exótica". (1.937) 105 min.



Título original: "Drôle de drame ou L'étrange aventure du Docteur Molyneux".

Dirección: Marcel Carné

Guión, adaptación y diálogos: Jacques Prévert;

A partir de un argumento tomado de "Su primer delito", libro de J. Storer Clouston, publicado en 1893


Fotografía y cámara: Eugen Schüfftan, Louis Page, Henri Alekan (B/N)
Asistentes del director: Pierre Prévert et Claude Walter
Decorados: Alexandre Trauner
Música: Maurice Jaubert
Vestuario: Lou Tchimoukov
Sonido: Antoine Archimbaud
Producción: Édouard Corniglion-Molinier



Género: Comédia enloquecida


Interpretes y sus personajes: Françoise Rosay: (Margaret Molyneux); Michel Simon: (Irwin Molyneux, profesor de Botánica, alias Félix Chapel, el novelista); Louis Jouvet: (Obispo Archibald Soper, el arzobispo de Bedford); Jean-Pierre Aumont: (Billy, el lechero enamorado de Eva); Nadine Vogel: (Eva, la secretaria); Pierre Alcover: (Bray, inspector de Scotland Yard); Jean-Louis Barrault: (Willliam Kramp, el asesino de carniceros); Henri Guisol: (Buffington, el detective alcohólico y somnoliento); Jane Lory: (Tía Mac Phearson); Jenny Burnay: (Sra. Pencil, la cocinera de los "Molyneux"); Anne Cariel: (Elizabeth Soper, la esposa del Arzobispo); Marcel Duhamel (El entusiasta de los entierros); Agnès Capri: (la cantante callejera).


Sinopsis:

Una farsa francesa ambientada en el Londres victoriano, dónde un botánico y su mujer se meten en problemas pretendiendo ocultar al beato primo de él que al estar arruïnados Irwin ha escrito una exitosa novela negra, bajo el seudónimo de Félix Chapel; -el primo de él es un obispo anglicano que está dirigiendo una furibunda batalla contra este texto-.



Justo cuando el mayordomo y la cocinera de los Molyneux acaban de dejar a la familia colgados porque nunca pasa nada divertido en la casa, el rábano tieso e hipócrita de Archibald Soper se invita a sí mismo a cenar en casa de Irwin. Margaret decide mantener la farsa de la posición social en secreto cocinando ella misma la cena, mientras que el torpe Irwin justifica su ausencia diciendole al obispo Soper que su mujer está de viaje.
Louis Jouvet
Soper,  -que en su cruzada contra el crimen vé asesinos por todas partes- sospecha que Irwin ha envenenado a su mujer y llama a Scotland Yard. Irwin y Margaret deciden esconder la verdad para evitar una exposición pública de su situación financiera, así que se trasladan a un hotel barato del Limehouse, para seguir metiéndose en problemas.



Una atractiva mezcla de los universos de Gilbert K. Chesterton, P.G. Wodehouse, W. C. Fields y los Hermanos Marx, nunca vista -ni antes ni después- en el cine francés. Un cóctel excelente con todos los ingredientes combinados en su justa medida. / Este film es un placer absurdo./ Una película francesa ambientada en un Londres que nunca fué tal./ Farsa alocada./ Una película increíblemente chiflada que,  pesar de algunos agujeros de la trama, resulta tan deliciosamente extraña como divertida./ Una fantasía agradable e inocente./  La flor y nata del cine francés de entreguerras se reúnen aquí./ Esnobismo rampante.



Vaya por delante que considero a Michel Simon como uno de los mejores actores de todos los tiempos y del mundo, sus creaciones son tan increíbles como insuperables, -ahí están todas las versiones de su personaje en "Boudu salvado de las aguas" (1.932) de Jean Renoir, para aseverar lo que digo; Ni Nick Nolte en "Un loco suelto en Hollywood" (1.986) de Paul Mazursky, ni Gérard Depardieu en "Tenemos un problema gordo" (2.005) de Gérard Jugnot, consiguen hacer olvidar la gran creación de Michel Simon en la primera versión cinematografica de la obra de teatro de René Fauchois, ni de lejos-. Esta joyita que comento fué una gran sorpresa para mí ya que nunca he podido soportar el hiperrealismo poético de Jacques Prévert y Marcel Carné en obras -a mi parecer- tan sobrevaloradas como "EL MUELLE DE LAS SOMBRAS" (1.938) -ésa imposible, e indigesta, mezcla de historia de amor naïf,  de cine de gangsters y de sentimentalismo a lo Charles Chaplin ('A Dog´s Life', 1.918, como referente) -; y "LOS NIÑOS DEL PARAÏSO"(1.945) -puro cartón piedra desde el argumento, pasando por el propio decorado, hasta llegar a las  obsoletas interpretaciones-
Aunque aclamados como los máximos exponentes del realismo poético, las películas que elaboraron el tándem Carné y Prévert se pueden ver hoy en día flagrantemente artificiales. En este caso, dieron rienda suelta al artificio y a la disgresión. La sensación de libertad, ausente en sus obras más famosas, resulta en "Drama divertido" muy vigorizante. Tampoco he aguantado nunca a Louis Jouvet, rezumando siempre su impostada afectación teatral por los cuatro costados, -sencillamente no me lo he creído nunca en ninguno de sus papeles en el cine-.  Con muchas reservas, -aún siendo un incondicional de todos los trabajos de Michel Simon- me armé de coraje y me dispuse a visionar este "Drama divertido".  La sorpresa, como digo, fué muy grata. Esta es mi opinión:



Tenemos a un timorato botánico, -autor bajo nombre falso de un tremendo best-seller de lo mas 'pulp' y morboso-, que deberá llevar una burda barba postiza durante el resto de sus días al ser vampirizado por su 'alter ego', -parece que no es reconocido simplemente por ponerse una barba postiza-; A un obispo hipócrita -respetado padre de familia y baluarte de una sociedad bienpensante- que ha perdido la foto de una actriz en el lugar dónde, supuestamente, se ha cometido un crímen (aunque no hay ningún cadáver); A un joven pilluelo anarquista que se dedica a asesinar a a los carniceros ('ya que estos matan a los animales') enamorado de la mujer de su próxima víctima; A un lechero aficionado por igual a la poesía amorosa y a la criminología, que entrega a diario un centenar de botellas de leche a su musa; A un policía que resuelve sus casos durmiendo la borrachera; A una tía rica y chiflada que va buscando un perro que murió seis años antes; A una planta carnívora -cuyo crecimiento ha sido estimulado a base de cócteles de whisky y ginebra- que se balancea de un lado a otro como si estuviera en pleno baile de San Vito; A una opinión pública muy agresiva y voluble, capaz de apedrear a la policía y a los integrantes de una colosal farsa cuando no les satisface el final del caso y de la película; Y a unos criados que se fueron de la casa del matrimonio Molyneux porque ¡nunca pasaba nada divertido!



Marcel Carné aquí hiló fino al desviarse de los añejos dramones que el otorgaron tanta fama mundial. Un profesor de guión no pondría nunca esta película como ejemplo a sus alumnos: La película tiene un guión muy deslavazado, la trama es absurda, la historia está llena de agujeros absolutamente incomprensibles, hay escenas, francamente, construidas a toda prisa. Las metamorfosis de los personajes carecen de toda lógica (parece que todos tengan personalidad múltiple y se hace muy difícil para el espectador seguir a los personajes cuando el guión les determina un cambio de intención a lo largo de sus aventuras). Pero estos rotos y descosidos forman parte del encanto de esta película, que transmite en todo momento alegría y un humor muy sano. A Carné creo que no le importaba hacer una gran película, y la psicología, la lógica, o incluso la historia son completamente sacrificadas en pos de la hilaridad. "Drôle de Drame ou L' étrange aventure du Docteur Molyneux" es una divertida comedia teatral, una farsa vodevilesca. La mayoría de los personajes son hipócritas, codiciosos, perezosos o simplemente incompetentes; Las situaciones en las que se involucran son tontas; la carpintería de comédia es, a priori, muy débil e ingenua; Pero es muy divertida. Un extraño e inexplicable milagro. La absurdidad de la trama de esta película también me recuerda a películas americanas como "Arsénico por compasión" (1.944) de Frank Capra, o a  "La fiera de mi niña" (1.938) de Howard Hawks.
  


"Drama divertido" no es una comedia de boulevard al úso, pero los actores son tan extraordinarios que otorgan a todos estos gags imposibles, de los que la película se nutre, una magia impresionante: Louis Jouvet es un meapilas ataviado con una falda escocesa que se ha autoerigido en guardian de la moral, tiene diez hijos y en su casa hay diez perchas; Michel Simon canta: "Duerme, duerme, palomita" a una planta carnivora borracha; Y a Jean-Louis Barrault le parece muy importante matar a los carniceros. Estos actores consiguen todo el espacio que necesitan para desarrollar su talento cómico, haciendo de una comedia de situación típica una gran burla que les permite dar rienda suelta a su talento. El premio es, por supuesto, para Michel Simon, del que conocía su genio, pero aquí resulta sencillamente deslumbrante. Sólo tiene que pronunciar la palabra "mimosa" para que el espectador empatice con él inmediatamente; (Carné lo sabe y, a menudo, le filma en primer plano). Tiene razón en destacarle: la construcción de su personaje es genial, una maravillosa mezcla de histrionismo y de verdad interior, este personaje de tímido pequeño burgués forma parte de su galería de personajes inmortales; Simon conoce la fórmula secreta para alegrar cualquier guiso: agrega pequeños detalles, todos geniales y divertidos (la forma de acabar con sus frases con un nada tímido "Oui, oui", su forma de llevarse las manos a los ojos -aquí lo repite hasta el exceso-, su manera de caminar arrastrando los pies o a saltitos). Con un actor de esta categoría el espectador casi ni se preocupa por la historia: al contrario, se inclina con respeto ante un monstruo de la escena y del cine como este. Françoise Rosay está muy ajustada también como la señorona venida a menos -una snob  imperiosa- que sólo se preocupa por salvar las apariencias, Francoise Rosay se comporta como una gran dama, obsesionada por la posición social y por la propiedad, sin embargo no puede evitar despertar la lujuria del joven Jean-Louis Barrault, -al que se vé un poco inexperto en comparación con sus experimentados compañeros de reparto-, pero su personaje resulta cariñoso, dentro de su insolencia (Barrault interpreta a un loco obsesivo, digno de Mischa Auer). -La escena en el invernadero con un estanque con peces de colores entre Rosay, y un Jean- Louis Barrault completamente desnudo, es una maravilla.  Jean-Pierre Aumont interpreta con mucha grácia ese lechero enamorado que le dá a su amada lo único que tiene: Un sinfín de botellas de leche.
  
Françoise Rosay

Los diálogos de Prévert son deliciosos (los monólogos del Alto Comisionado de Scotland Yard, interpretado excelentemente por Pierre Alcover, resultan muy divertidos), y la transparencia de la puesta en escena habitual en Carné se transforma aquí en sobriedad, que aquí resulta ser una virtud; Por lo menos se aleja de sus pesados intentos épicos ("Los niños del paraíso") para dedicarse por completo a hacernos disfrutar de una comedia. Y hay más en su favor: En esta ocasión se muestra bastante más inspirado en cuanto a los movimientos de la cámara que en sus filmes más sérios: los campos/contracampos que planifica durante el enfrentamiento Jouvet/Simon en torno a una palabra repetida ("Raro, raro ...") son muy finos y están muy bien montados. En pocas palabras, un film que contituye un placer sin consecuencias, una película servida por grandes actores de carácter; Trauner como decorador no tiene rival, sus creaciones para rodajes en Berlín, en Francia y en Hollywood son magistrales.



Nada más que agregar, es un gran trabajo.




Frases para el recuerdo:

Margaret Molyneux: "Lechero, mantenga sus botellas en silencio".

http://youtu.be/4QiuzDEWD8I
Obispo Soper: "Raro, raro..." 
Irwin Molyneux: "Raro, ¿que dice usted?"
Obispo Soper: "¡Que raro, mi querido primo!"

Willliam Kramp: (A un nervioso Docteur Molyneux): "La vida es tan extraña. Hay gente a la que veo sólo una vez. Yo los miro. Están vivos. Y cuando me voy, están muertos."

Jean-Louis Barrault


Jean-Pierre Aumont


 
Michel Simon



lunes, 5 de diciembre de 2011

UN PARAGÜAS CON UN SEÑOR DEBAJO

(Surrealismo y humor negro por obra y grácia de Xavier Sans Ezquerra & Bruno Alcoser Villette).



Una madrugada llegué borracho a mi casa y mi mujer me esperaba armada con un paragüas, de ésos terminados en punta. Nada más entrar en casa perdí el conocimiento.
A la mañana siguiente, al despertarme tenía un paragüas clavado enmedio de la cabeza; ¡Imagínense lo féo que estaba!

Como no pude entrar en mi coche para ír a trabajar tuve que coger el autobús. El conductor fué el que me soltó la primera guasita del día: -"¿Adónde vá así?; ¡Si dijo el hombre del tiempo que hoy iba a hacer bueno!"
Pero las ganas de pitorreo se les quitaron a todo los usuarios de aquel autobús cuando, al no encontrar asiento en el fondo, tuve que sentarme enmedio de ellos; Y al primer frenazo le dí un fuerte golpe con el mango del paragüas al señor que tenía detrás de mí, e inmediatamente, la señora que tenía enfrente también recibió un fuerte 'paragüazo'.
Tras los airados reproches, las no menos airadas protestas y los humillantes insultos que recibí por parte de los viajeros y del conductor tuve que apearme.

Llegué tarde a la oficina y m senté en mi mesa dispuesto a hundirme, un día más, en un mar de legajos. Cuando llevaba un rato allí, me cabreé con mis compañeros:
-"¡Ya está bién!",-les dije-;"¡Mi cabeza no es una percha; Meteros los abrigos por dónde os quepan!";-Les grité-.


A mediodía, cuando fuí a la cafetería a comer; El paragüas se había abierto, ¡claro, con tanto golpe y trajín!. Incluso se habían salido de su sitio algunas varillas, y estaban dobladas. Nada más verme el dueño del Self Service me gritó: -"¿Es que no sabe ud. que trae mala suerte entrar en un recinto cerrado con un paragüas abierto?; ¡Vaya, justo hoy que hacemos la porra del partido de fútbol viene este y nos la quiere gafar!. ¡Fuera, aquí no quiero a nadie que sea del equipo contrario!"
Total, que me echaron del bar con las cajas destempladas y tuve que comerme un sandwich de la máquina de 'Vending', -regado con el horrendo café que despachaba otra máquina expendedora en el área de descanso de la empresa dónde yo trabajaba-.

¡Trabajaba allí!, -lo digo bién, así en pasado-, porque cuando el Big Boss me citó media hora más tarde en su despacho fué para finiquitarme como si yo fuera un apestado, y además me sermoneó: -"¡Mire usted, bla-bla-bla...! ,-me decía en un tono implacable y paternalista-; ¡Esta es una empresa muy conservadora, bla-bla-bla...; La heredé de mi padre y pretendo que siga siendo conservadora, bla-bla-bla...; Un excéntrico como usted no tiene lugar aquí, bla-bla-bla...!"
Mucha diplomacia pero al cabo de media hora ya me encontraba de patitas en la calle y con el sobre con la idemnización en el bolsillo de la americana.


Inmediatamente me fuí a ver a un médico, al verme este mostró gran sorpresa:
-¿Llueve?;-Me espetó aquella lumbrera de galeno-.
-¡En el coño de alguna, tal véz!;-Respondí yo, visiblemente airado-.
-¡Salga de aquí inmediatamente si no quiere que avise a la policía, fantoche maleducado!; -Dijo, furioso, el eterno aspirante a Premio Nobel de Medicina-.
-¡Pero oiga!, -le repliqué yo-; ¡El cartel que hay en su puerta no dice que: 'Se hacen EXTRACCIONES'!"
-¡Yo soy 'Odontólogo', so listillo!; -Aclaró al fín la lumbrera de la ciéncia médica aquella; Por el tono que empleó parecía dispuesto a hacerme inhalar una bombona entera de éter-.
Y tuve que disculparme mientras aquel émulo de Torquemada me echaba a la calle a patadas,
-nuevamente-; Sólo que éste lo hacía cagándose en mi madre y en mi padre.

A continuación fuí a "Urgéncias" dónde me dieron cita para ¡dentro de ocho meses!
-"Hay una lista de espera muy larga", -me dicen allí-.
-"Ni que esto fuera el restaurante "El Bulli" del Ferran Adriâ"; -Repliqué nuevamente-.
Pero me tengo que ir para casa, cabizbajo, sin empleo y humillado por todos.


¡Cabreado como una mona como estaba, ¿pues no llego a casa y me dice mi mujer que bañe al niño?!
Nuestro hijito de cinco años empieza a saltar de contento mientras grita esta algarabía:
-"¡Si llenamos 'éso que tiene papá en la cabeza' de agua tendré una piscinita!"
Y entonces yo le lanzo, con muy mala leche, al monstruíto la siguiente advertencia:
-"Y si te hago beber agua de una manguera hasta que te hínches como un puto globo aerostático, para a continuación colocarte completamente desnudo enmedio del jardincito comunitario, en cuanto te pongas a mear tendremos una mala réplica del jodido 'Manekenpis' de Amsterdamm!"

Como es muy lógico mi mujer me castigó con dormir en el sofá hasta que no me hubieran sacado el paragüas de la cabeza.

Pero al cabo de una semana la madre de mi hijo le encontró una nueva utilidad al objeto que ella misma me había incrustado: Sobre la tela y las dobladas varillas de aquel paragüas abierto bocabajo, echó tierra, abono, semillas, y agua sulfatada con el fín de plantar flores de jardín sobre mi cabeza.
A continuación, quiso que me instalara en la terraza para que, -aparte de no molestarles ni a ella ni al niño-, las incipientes florecillas recibieran mucho sol.